En
botánica, un
megafilo es una
hoja aplanada, grande y vascularizada. Los megafilos de las
pteridofitas se denominan
frondes. Son hojas de gran tamaño, frecuentemente compuestas, con venación muy desarrollada. El crecimiento de los megafilos se debe a la actividad de un
meristema apical persistente, cuya actividad —contrariamente a lo que ocurre en las
espermatófitas— se prolonga durante mucho tiempo después que la hoja se ha desplegado. Las frondes simples presentan una lámina alargada, entera —como por ejemplo en
Ophioglossum— aunque puede ser pinnatífida o pinnatisecta. En las frondes divididas la lámina puede ser pinnada con raquis simple —como en
Polypodium vulgare— o bi- o tripinnada con raquis primario y ráquises secundarios o terciarios, como en
Polystichum filix-mas. La
venación más frecuente de las frondes es la venación dicotómica abierta, aunque puede ser reticulada, similar a la de las espermatófitas, como es el caso de
Ophioglossum.