El
merino era un cargo administrativo existente en las Coronas de
Castilla y de
Aragón y en el
reino de Navarra durante las edades
Media y
Moderna. El merino era la figura encargada de resolver conflictos en sus territorios, cumpliendo funciones que en la actualidad son asignadas a los
jueces. Además administraba el patrimonio real y tenía alguna función militar. Se encargaba de las cosechas, arrendamientos del suelo y caloñas (multas que se imponían por ciertos delitos o faltas).