El
movimiento propio de una
estrella es la medida del cambio de su posición en el cielo en el
tiempo después de que se descarta el
movimiento impropio. Es una medida indirecta de la velocidad transversal de la estrella con respecto a la
Tierra. Esta contrasta con la
velocidad radial, que es la medida del cambio de la distancia desde o hacia el espectador en el tiempo