El
pensamiento mágico consiste en una forma de pensar y razonar, basada en supuestos informales, erróneos o no justificados y, frecuentemente, sobrenaturales, que genera opiniones o ideas carentes de fundamentación empírica robusta. Básicamente consiste en atribuir un efecto a un suceso determinado, sin existir una
relación de causa-efecto comprobable entre ellos. Esto es, por ejemplo, lo que sucede con la
superstición y diversas
creencias populares.