El término
profeta proviene del lenguaje religioso y se refiere a una persona que sirve como
intermediario entre la humanidad y la
divinidad. Estrictamente hablando, un profeta es alguien que sostiene haber tenido una experiencia personal con
Dios, recibiendo de él la misión de comunicar sus revelaciones y, como consecuencia de ello, habla en su nombre a los seres humanos. Posee el profeta cualidades de intercesor por el pueblo ante Dios y a su vez es mensajero de su palabra. Su carisma de interpretar la historia desde la perspectiva de Dios recibe el nombre de don de
profecía.