Una
salina es un lugar donde se deja evaporar agua salada, para dejar solo la
sal, poder secarla y recogerla para su venta. Se distinguen dos tipos de salinas, las
costeras, situadas en la
costa para utilizar el
agua de mar, y las
de interior, en las que se utilizan
manantiales de agua salada debido a que el agua atraviesa depósitos de sal subterráneos. En algunos casos, debido al escaso
caudal de los manantiales también se utiliza el bombeo de agua al interior de la tierra desde unas balsas o
estanques, aumentando así la producción de sal.