El
templo griego (en
griego antiguo ὁ ναός
ho naós, «vivienda»; diferente semánticamente al
latín templum,-i, «templo») era una estructura construida para albergar la imagen de culto en la
religión de la Antigua Grecia. Los templos en sí no solían servir como lugar de culto, ya que la veneración del
dios, así como los
sacrificios a él dedicados, se realizaban fuera de ellos. Los templos con frecuencia se usaban para almacenar
ofrendas votivas. Era el tipo de construcción más importante y más extendido de la
arquitectura griega. En los reinos
helenísticos del
sudoeste de Asia y del
norte de África, los edificios erigidos para cumplir las funciones de un templo a menudo siguieron las normas arquitectónicas locales. Incluso allí donde sea visible una influencia griega, semejantes estructuras no son consideradas normalmente como templos griegos. Esto se aplica, por ejemplo, a los edificios griego-
partos, los templos
bactrianos o los edificios de
tradición egipcia del
Imperio Ptolemaico. El templo puede ser considerado la más lograda realización de la
arquitectura griega. La codificación que, en la edad arcaica, fue desarrollada por la
arquitectura de templos se convertirá, con el
Helenismo, el lenguaje universal del mundo
mediterráneo.