La
tragedia es una forma
dramática cuyos
personajes protagónicos se ven enfrentados de manera misteriosa, invencible e inevitable contra el destino o los dioses. Las tragedias acaban generalmente en la muerte o en la destrucción física, moral y económica del personaje principal, quien es sacrificado así a esa fuerza que se le impone, y contra la cual se rebela con orgullo insolente o
hybris. También existen las tragedias de
sublimación, en las que el personaje principal es mostrado como un héroe que desafía las adversidades con la fuerza de sus virtudes, ganándose de esta manera la admiración del espectador, como es el caso de
Antígona de
Sófocles. La tragedia nació como tal en Grecia con las obras de
Tespis y
Frínico, y se consolidó con la tríada de los grandes trágicos del clasicismo griego:
Esquilo, Sófocles y
Eurípides. Las tragedias clásicas se caracterizan, según
Aristóteles, por generar una
catarsis en el espectador.