Se denomina
vida consagrada en la
Iglesia católica a los fieles de la misma que se proponen seguir más de cerca a
Cristo, se dedican totalmente a Dios como a su amor más supremo y procuran conseguir la
perfección de la caridad a través del servicio del
Reino de Dios, mediante la profesión de los
consejos evangélicos, sea por
votos (simples o solemnes) o por promesas, pudiendo quedar consagradas o bien por la misma profesión de votos ante un superior o bien por la solemne oración consecratoria pronunciada por un
Obispo.